El negacionismo del holocausto

Los unicos implantados estan en las malvinas, gibraltar, sudafrica desde 1680, Rodesia con granjeros britanicas, los demas paises eran de gente que vivia alli.

Walter Sanning es histiorador de poco prestigio.
The Crazy World of Walter Sanning (Part 1)

One way to tell the difference between a scholar and a Holocaust denier is to examine how they select and treat their sources. A researcher who willfully limited his range of sources, made no attempt to check their veracity, and exercised a lack of critical judgment, would not get pass first base if he had to submit his work for peer review in the academic community. He would thus be a non-scholar, or even, as it were, an anti-scholar. It is our contention that all Holocaust deniers routinely commit these sins of anti-scholarship. Furthermore, these anti-scholars are also prone to lying and deceit to cover up their shoddy use of sources.

To illustrate this point, we have put together a six-part study of the methods used by the denier Walter Sanning in his The Dissolution of Eastern European Jewry. In this first part, we discuss the claim made by Sanning (p.33) that the number of Jews in Poland at the end of September 1939 was 2,633,000, a reduction of nearly 500,000 from the 1931 census figure of 3,113,933. A study of his sources and arguments reveals a number of deliberate omissions, distortions, and perverse interpretations of data.
TRANSLA
El loco mundo de Walter Sanning (Parte 1)
Una forma de distinguir entre un estudioso y un negador del Holocausto es examinar cómo seleccionan y tratan sus fuentes. Un investigador que voluntariamente limitó su rango de fuentes, no hizo ningún intento de verificar su veracidad y ejerció una falta de juicio crítico, no sería aprobado en primera base si tuviera que presentar su trabajo para la revisión por pares en la comunidad académica. Por lo tanto, sería un no erudito, o incluso, por así decirlo, un anti-erudito. Es nuestra opinión que todos los negadores del Holocausto cometen habitualmente estos pecados de anti-erudición. Además, estos anti-eruditos también son propensos a mentir y engañar para encubrir su uso deficiente de las fuentes.

Para ilustrar este punto, hemos reunido un estudio de seis partes de los métodos utilizados por el negador Walter Sanning en su Disolución de la judería de Europa del Este. En esta primera parte, discutimos la afirmación hecha por Sanning (p.33) de que el número de judíos en Polonia a fines de septiembre de 1939 era de 2,633,000, una reducción de casi 500,000 de la cifra del censo de 1931 de 3,113,933. Un estudio de sus fuentes y argumentos revela una serie de omisiones deliberadas, distorsiones e interpretaciones perversas de los datos.
http://holocaustcontroversies.blogspot.com/2007/08/crazy-world-of-walter-sanning-part-1.html

 

Crítica de la revisión de John S. Conway de la disolución de Walter Sanning de los judíos de Europa del Este, de The International History Review, agosto de 1985


Dan Desjardins

En los anales del antirrevisionismo, a menudo no se encuentran tipos de academias de establecimiento que evalúen directamente los trabajos revisionistas. Sin embargo, el Dr. A. R. Butz ha descubierto recientemente tal esfuerzo, que involucra, de hecho, un libro al que escribió el prefacio: La disolución de la judería de Europa del Este de Walter Sanning. El hecho fue realizado por un tal John S. Conway, de la Universidad de Columbia Británica, escribiendo para The International History Review, VII, 3, agosto de 1985, pp 450-51.

Después de un preámbulo en el que Conway elogia a Sanning por evitar el sensacionalismo (es decir, abstenerse de las afirmaciones de que las cámaras de gas nunca existieron o de que el Holocausto es mera propaganda sionista), se lanza a un resumen razonable de los hallazgos demográficos de Sanning. Conway incluso reconoce el uso extensivo de fuentes judías e israelíes para establecer cambios de población judía en la Unión Soviética, revelando que gran parte de la comunidad judía europea evitó el avance alemán y no residió dentro de su esfera de ocupación. Sin embargo, Conway lamenta que estos mismos documentos no se usen para establecer crímenes nazis. El agravio implícito sería que al usar documentos judíos e israelíes, uno debe hacerlo de una manera que alegue más a los partidarios judíos e israelíes, de lo contrario, uno no está correspondiendo adecuadamente por los servicios prestados. Aquí proclamo una verdad menor: si uno confía en una fuente en algunos casos, no está obligado a respaldar la totalidad; y si uno usa una fuente en algunos casos, no está obligado a usar nada más que lo que sea relevante para los propósitos en cuestión. A este respecto, era involuntariamente apropiado que Conway eligiera presentar su queja con las palabras "no hace falta decir:" porque eso es exactamente. En contraste con las medias medidas de Sanning, Conway está preparado para degradar la credibilidad de toda la tesis de Sanning porque esta última llama a la Operación Barbarroja (la invasión alemana de 1941 de la Unión Soviética) una "agresión preventiva". No argumentaré que la agresión soviética anterior a Barbarossan contra Letonia, Estonia, Lituania, Finlandia y el este de Polonia podría haber establecido algún tipo de tendencia plausible, sino que le pido al Sr. Conway que aborde esto con sus colegas historiadores Toland, Irving, Diwald, y Franz-Willing, porque también se cuestiona su reputación aquí.

El Sr. Conway admite fácilmente que no es un demógrafo competente, pero está seguro de que si se encuentra uno, "expondría muchos de los errores en este trabajo". Podría preguntar: ¿sabe Conway específicamente qué datos están en error y cuáles no? y si no, ¿cómo "sabe" que hay "muchos" errores, o que hay errores? Todavía sin la experiencia del demógrafo, Conway elabora sus sospechas para incluir "figuras malabaristas" y "conjeturas dudosas sobre tendencias demográficas, patrones de fertilidad, tasas de mortalidad, oportunidades de emigración y otras suposiciones igualmente no verificables ..." Me temo que estoy en el la misma situación con respecto a Conway que Conway con respecto a Sanning. Sin embargo, hay una gran diferencia. Mientras que Sanning proporciona varios datos, tablas y antecedentes como fundamento de sus conjeturas, las suposiciones de Conway no son verificables en su cara: no hay evidencia, no hay información contraria, no hay ejemplos para justificar sus acusaciones, ni información alguna, aparte de su propia calvicie afirmaciones Debido a esto, tales generalizaciones no pueden ser investigadas o refutadas, excepto de manera general. Solo diré esto: en la medida en que Conway use su afirmación de "dudosidad" como una inferencia de que las conjeturas de Sanning son falsas, él es responsable de la falacia del argumento ad ignorantiam: la proposición de que si una cosa no puede ser probada (es decir, "no verificable"), es necesariamente refutado. Tanto el Dr. Butz, en sus comentarios preliminares al texto, como Sanning, su autor, son conscientes de que ciertas estimaciones "no tienen derecho a una certeza absoluta" (p. 11). Sin embargo, una honestidad intelectual similar podría preguntar por qué las "suposiciones no verificables" de Sanning son necesariamente dudosas, mientras que las suposiciones basadas en las mismas fuentes judías, israelíes y aliadas por personas como Poliakov, Reitlinger o Dawidowicz no sufren tal reserva. Mientras que Conway es bastante antidemocrático a este respecto, de lo contrario es el igualitario perfecto: sugiere implícitamente que las suposiciones de Sanning son igualmente verificables, mientras que en realidad son iguales solo en la medida en que las afirmaciones de Conway no pueden verificarse porque siguen siendo meras insinuaciones, sin Un solo ejemplo especificado.

Al igual que con los crímenes nazis no mencionados, a Conway le preocupa que los campos de concentración como Auschwitz, Chelmo, Majdanek y Treblinka no se mencionen. Sospecho que la defensa (como Faurisson da por no mencionar a Babi Yar o el Sonderkommando), es que no es una parte necesaria del tema. Pero le doy crédito a Conway al reconocer

http://www.ihr.org/jhr/v07/v07p375_Desjardins.html

Walter N. Sanning es el seudónimo del autor de La disolución de la judería de Europa del Este, publicado por el Instituto de Revisión Histórica.

Sanning es un erudito y empresario que nació en 1936 en una familia étnica alemana en un área que durante décadas fue parte de la antigua Unión Soviética. Después de una infancia en tiempos de guerra en Alemania, emigró en la década de 1950 a los Estados Unidos, donde conoció a su esposa. Se graduó de una destacada universidad del noroeste del Pacífico con una licenciatura (altos honores) en negocios.

Con una beca, fue un estudiante graduado en una universidad de la East Coast Ivy League, donde se concentró en negocios internacionales, finanzas y economía. Luego enseñó negocios, finanzas y economía en los niveles de pregrado y posgrado en una importante universidad de la costa oeste. La familia Sanning se mudó a Alemania en 1970, donde trabajó durante años para una importante institución financiera.

Después de enseñar durante algunos años en una destacada Universidad de la Costa Oeste, en la década de 1970 entró en negocios privados y asumió una posición de liderazgo. Ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a la investigación en archivos estadounidenses y alemanes. Está casado y habla inglés y alemán. Él y su esposa tienen cuatro hijos, todos ellos nacidos en los Estados Unidos.

Su artículo, "Guerra soviética de la tierra quemada: hechos y consecuencias", presentado en la Sexta Conferencia del RSI (1985), se publicó en el Journal of Historical Review del IHR, primavera de 1985.

Sobre su libro, La disolución de la judería de Europa del Este, el Dr. Arthur R. Butz escribió: "Este libro es el primer estudio serio completo de los cambios en la población judía relacionados con la Segunda Guerra Mundial ... Este libro presenta la explicación fundamentalmente correcta de la tema ... [En este trabajo] las leyendas simplistas que han petrificado el pensamiento de la posguerra sobre el aspecto judío de la Segunda Guerra Mundial reciben otro de los muchos golpes que han recibido en los últimos años ".

Walter Sanning, autor de Disolución de la judería europea, dice que no menos de 2,200,000 judíos habían emigrado de Europa dejando a 2,847,000 judíos residiendo allí en el apogeo de la ocupación alemana en junio de 1941. Después de la guerra, 3,375,000 judíos, según la Cruz Roja, solicitaron el holocausto indemnización. Esta figura incluía a muchos de los emigrantes. Por lo tanto, el número real de los que murieron en los campamentos por todas las causas

 

Pero el comunismo, aunque doctrina equivocada, reivindica el humanismo.
Los nazis son solo asesinos.

 

El humanismo? Menos mal porque entoncrs en vez de 100 millones de muertos atras tendrian 300 millones

 

Veo que Rickycardo 1 se puso a buscar de Sanning a quien seguramente no conocía, copió y pegó algo bastante confuso, poco claro y ahí le falta trabajo de selección de lo que copia y pega. De cualquier manera voy a dejar en claro algunas cosas:
1) Sanning está más cerca que nadie de las verdaderas cifras de judíos muertos en la SGM, teniendo en cuenta la payasesca baja en las cifras de Auschwitz de 4.000.000 a 1.100.000
2) Nadie puede afirmar que en la URSS murieron 3.000.000 de judios-soviéticos porque nadie investigó cuantos judíos Stalin mandó a la parte asiática de la URSS. La historiografía rusa sabe bien de esta historia y Occidente finge ignorarla (con esto se cae la mitad de la mentira)
3) Las cifras de Bad Arolsen, que es un centro de documentación en Alemania, dan la razón a Sanning , así como la documentación alemana del campo de Auschwitz que guardaban los soviéticos dan la razón a Sanning.

 

Humanismo asociado a la justicia social.

 

No lo conocia pero hay bastantes criticas a Sanning. El Escoge las fuentes a su favor.

 

Me encanta el cóctel, humanismo, justicia social, gulags, represión, muerte, nomenklatura; una sociedad ideal.

Lógico que hay críticas, no responde a los números oficiales, pero en este juego todos mienten y 3.000.000 de judios muertos en Rusia no es cierto.

 

En realidad a estas alturas el tema me aburre. Nadie en la actualidad es capaz de demostrar que murieron 6 millones de judíos en o durante la guerra o que Hitler haya dado una orden escrita al respecto ( lo de directrices verbales para un asunto así me parecen francamente ridículas).

Por otro lado sí murieron millones de japoneses, de rusos, de polacos, de alemanes, de franceses, de italianos, de yugoslavos , de rumanos, etc. sin que a nadie le importe un perejil.

Estoy harto del victimismo judío y creo que si los represaliaron ( como creo que sucedió aunque en forma distinta a como se cuenta), por algo habrá sido, nada es casual.

De manera que salvo que aparezca algun nuevo e interesante aporte para comentar, me voy a abstener de hacerlo.

 

Buena idea porque publicando esos panfletos que pretenden justificar crímenes de lesa humanidad quedan muy mal parados.

 

Si los pongo en duda, no puedo negarlos , las dos cosas a la vez no se puede. ¿ Entendiste? Lo dudo.....

 

Pasa que se les nota el perfil nazista.

 

Si, no tengo dudas y no lo oculto.
Quizas no NS especificamente, pero cercano

 

Claro que no lo ocultas, haces clara apología de los crímenes nazi.

 

En realidad no, no hago apologia de algo en lo que en realidad, creo poco, no niego pero creo poco.

No, para mi mentalidad latina me siento mas representado por el falangismo o bien por el nacional- catolicismo.

Dudo bastante que sepas entender todas estas sutilezas pero igual te las digo
Como igual te digo que el llamado holocausto,tal como es contado, me importa un cuerno en este 2020.

Si no entendes lo wue te digo consulta con la RAE pero te suplico que no me contestes boludeces porque no las voy a leer.

Bye, ciao, adios, auf wiedersehen,
adeus

 

Este argumento esta muy fundamentado y REAL
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0185191816300435
Una gran diferencia entre el Holocausto y otras formas de genocidio es, por lo tanto, que las consideraciones pragmáticas fueron centrales en todos los otros genocidios mientras que los motivos ideológicos abstractos lo fueron menos. En el caso del Holocausto, las consideraciones pragmáticas fueron marginales. Por supuesto, se realizó un tremendo esfuerzo para despojar a los judíos de sus propiedades o para tomarlas después de que fueran asesinados; pero ningún historiador serio ha argumentado que el robo fue la razón básica para el asesinato. El robo fue el resultado del Holocausto, no su causa. Los judíos no poseían territorio que fuera codiciado. Contrariamente a la leyenda los judíos alemanes no controlaban la economía alemana, aunque fueron prominentes en algunas de sus ramas y no actuaban como un grupo sino como individuos competidores. Además, no tenían poder militar, y en Alemania misma su poder político –en el mejor de los casos– era marginal. Políticamente, el único judío prominente en la República de Weimar después de 1920 fue Walter Rathenau, el ministro de asuntos exteriores que fue asesinado en 1922 por extremistas de la derecha. No, la motivación básica fue puramente ideológica, enraizada en un mundo ilusorio de la imaginación nazi, en el cual una conspiración judía internacional para controlar al mundo se oponía a una pretensión aria paralela. Ningún genocidio hasta la fecha ha estado tan completamente basado en mitos, alucinaciones, en una ideología abstracta, no pragmática, que luego haya sido ejecutado por medios pragmáticos muy racionales. Así como el antisemitismo cristiano se basó en especulaciones que cumplían funciones prácticas importantes, el antisemitismo nazi, que se originó en los mismos delirios cristianos pero abandonó los principios morales del cristianismo junto con sus creencias religiosas, trasladó sus abstracciones homicidas a políticas gradualmente evolutivas de segregación, inanición, humillación y, finalmente, el asesinato total planificado. La matanza de los judíos tuvo lugar porque una ideología homicida lo motivó, pero antes la ideología superó ideas y nociones contrarias en la sociedad alemana en el contexto histórico concreto de crisis convergentes (Friedländer, 1997: 73-112).

Una segunda razón por la cual el Holocausto no tiene precedentes es su carácter global, universal. Todos los otros genocidios estuvieron geográficamente limitados; en la mayoría de los casos el grupo elegido vivía en una localidad razonablemente bien definida –los pueblos precolombinos en las Américas, los khmer y cham en Camboya, los tutsi principalmente en Ruanda, Uganda, Burundi y Zaire, etcétera–. Los turcos acosaron a los armenios en áreas étnicamente turcas; no se preocuparon por los armenios en otros lugares; ni siquiera los armenios de Jerusalén –que se consideraban étnicamente árabes y estaban controlados por los otomanos– fueron perseguidos. Los grupos roma tanto nómades como sedentarios fueron asesinados en Alemania, pero fuera de ella, los roma establecidos no provocaban una preocupación especial; los nazis no intentaron registrar a los roma fuera del Reich. En el caso de los judíos, la persecución comenzó en Alemania pero se extendió a todo lo que los alemanes llamaron la esfera de influencia alemana en Europa y luego se convirtió en una política de exterminio total.16 En razón de que los alemanes planeaban controlar no solo a Europa sino al mundo, ya fuera directamente por medio de aliados, esto significó que los judíos serían finalmente cazados en todo el mundo. La bien conocida expresión de Hitler, de que al combatir a los judíos estaba haciendo el trabajo de dios, tenía una clara implicancia universalista. Por cierto, fue el antisemitismo lo que se exportó desde la Alemania nazi a todos lados. Este carácter global del asesinato planificado de todos los judíos no tiene precedente en la historia humana.

Un tercer elemento separa al Holocausto de otros genocidios: su planificada totalidad. Los nazis buscaban a los judíos, a todos los judíos. De acuerdo con la política nazi, todas las personas con tres o cuatro abuelos judíos estaban sentenciadas a muerte por el crimen de haber nacido. Tal principio no habrá sido aplicado jamás en la historia humana, y habría sido aplicado indudablemente en forma universal si Alemania hubiera ganado la guerra. Si comparamos esto con otros genocidios, –por ejemplo, el caso de los grupos étnicos caribeños, que fueron por cierto exterminados totalmente por la política española– encontramos que nunca hubo planes de alcanzar ese objetivo, ni fue una política de Estado expresa hacerlo, aunque ese fue el resultado práctico. En la Turquía otomana, algunas mujeres y niños pequeños armenios fueron perdonados para ser utilizados sexualmente o para ser educados como turcos. Más aún, como he señalado antes, se planeaba erradicar a los armenios en las áreas mayoritariamente étnicas turcas, no necesariamente en otras partes. Las tribus indígenas de Norteamérica fueron víctimas de genocidio por razones de codicia y explotación, y su asesinato fue el resultado de políticas nacionales, pero, nuevamente, no hubo un plan gubernamental para el exterminio total. En los ataques genocidas a pueblos antes del siglo xx, la tecnología por un lado y las complicadas estructuras burocráticas guiadas por ideologías universalistas utópicas por el otro, no se habían desarrollado todavía. Se podría argumentar que si el homicidio de los caribeños y los indígenas norteamericanos hubiera tenido lugar en una época en que la aniquilación dirigida por el Estado hubiera sido posible, se habría seguido esa política. Esto podría muy bien haber sido así, lo cual demuestra no solo que el Holocausto no tuvo precedente, sino que la civilización humana es propensa a hacer posibles los holocaustos cuando las condiciones están dadas, y esto es otro punto central en nuestro argumento. En otras palabras, el Holocausto puede repetirse, no con seguridad del mismo modo exactamente, no por los alemanes, no hacia los judíos, pero por cualquiera hacia cualquiera. Fueron los judíos la última vez; no sabemos quiénes serán los judíos si hay una próxima oportunidad.

Si este análisis es correcto, el Holocausto es entonces una forma extrema de genocidio. Es importante reafirmar qué significa aquí “extrema”. El sufrimiento de las víctimas de este genocidio no fue de ningún modo mayor que el sufrimiento de las víctimas de otros genocidios; no se puede hacer una gradación de sufrimiento. De este modo, el destino de las víctimas roma en Auschwitz fue exactamente igual al de las víctimas judías.17 Cuando decimos “extremo” nos referimos a los tres elementos descriptos más arriba: el carácter ideológico, global y total del genocidio de los judíos. La cualidad de extremo del Holocausto es lo que lo torna inédito.

Algunos comentaristas han etiquetado como sin precedentes a una cantidad de otros aspectos del Holocausto. Uno de ellos es, tal vez, el furor teutonicus, una expresión cuasi– genética, peculiarmente alemana, de violencia o sadismo extremos.18 Esta explicación no solo no es convincente, sino que huele a racismo inverso. Los colaboradores de los nazis, de otras naciones europeas, fueron por cierto no menos brutales que los alemanes. El campo de concentración croata de Jasenovac fue, si es posible, más horrible que sus contrapartes nazis. Las tropas y la policía rumanas mostraron su fuerza en tales trampas de la muerte tanto en Transnistria como en Bogdanovka y durante las marchas de la muerte de los judíos de Besarabia al territorio de Transnitria: unos 260 000 judíos rumanos y 100 000 judíos ucranianos fueron asesinados por criminales rumanos.19 La mayoría de los judíos lituanos fueron muertos por colaboradores lituanos, aunque con el estímulo alemán y en gran parte bajo supervisión alemana. Y en todos los otros genocidios conocidos por nosotros, los perpetradores actuaron en forma similar, como reconocerá fácilmente cualquiera que haya investigado a los españoles en el Nuevo Mundo, los colonizadores europeos en América del Norte, los comunistas camboyanos o los criminales hutu, por nombrar solo algunos.

¿Es la eficiencia moderna un distintivo especial del Holocausto? Ese pareciera ser el caso, pero en algunos otros genocidios también fue utilizado en forma completa el estado contemporáneo de la tecnología. Probablemente el mejor ejemplo es el caso armenio: los criminales turcos utilizaron el telégrafo para informar a su pueblo de los pasos que se tomarían contra las víctimas elegidas, usaron los ferrocarriles para transportar a las tropas, e instalaron una fuerza armada dirigida desde el centro para operar como la agencia central para ejecutar el asesinato.Uno podría emplear un argumento similar con respecto a la destrucción de los indios norteamericanos a manos de los blancos.

Por otro lado, aunque los nazis no inventaron el campo de concentración, lo desarrollaron de nuevos modos. Especialmente novedoso fue el procedimiento intrincado por el cual privaron a los presos de sus atributos humanos “normales” por medio de la humillación sistemática, que alcanzó su pico más alto en el uso de lo que podría llamarse control excrecionario: la humillación total mediante el control de las excreciones humanas. Quizás el aspecto más aterrador de este acontecimiento es que, hasta la fecha, no se ha encontrado ningún documento nazi que indique una discusión acerca de cómo humillar a las víctimas. La conclusión es inevitable: la humillación no fue resultado de la planificación sino un consenso que no requería órdenes o arreglos burocráticos. En otras palabras, probablemente la forma más extrema de humillación que conocemos fue resultado natural del sistema nazi.

También novedoso en su severidad, aunque no en su esencia, fue la utilización nazi de reclusos en el campo contra otros reclusos. La misma política básica se siguió en los guetos de Europa oriental.

 

Ponele que fuera cierto todo eso que decís de la ideología y demases, con eso no demostrás que hayan matado 6 millones de judíos, cuyos restos no estan en ninguna parte, ni que hubieran existido cámaras de gas, ni que Hitler hubiera dado ninguna orden de exterminio, frente a la demostración de la existencia de las propuestas sionistas que incluían dejar morir sin asistencia a sus correligionarios judíos cuando podían ayudarlos, y ello porque no les convenìa a sus planes de invadir Palestina.
El mismo nivel de desprecio que demostraron por los -supuestamente- propios, lo demuestran hoy en día con la vida y los bienes de los palestinos.
De la misma manera que en 1917 se apoyaron en el poder de un imperio para invadir, hoy se apoyan en el poder de otro imperio para saquear y matar.
El plan original se cumplió y ya desde 1900 vienen con la cantilena de los seis millones muertos, resucitados y vueltos a morir decenas de veces. Mandaron a su gente a enterrar jabones (mofándose de la ignorancia de esos pobres) y después resultó que jamás se hicieron jabones con judíos. Y tantas otras y otras y otras guarradas y tropelías.
Vamos amigo, demostrá donde están los restos de esos muertos que repiten una y otra vez, de lo contrario hagan mutis por el foro.

 

Buen esfuerzo. En la sinagoga recompensan a la gente así.